martes, 21 de diciembre de 2010

Noche Melancólica...

Esta noche un brindis. Esta noche un suspiro por nadie; una sonrisa cómplice con el espejo...
Esta noche sólo Chopin y sus nocturnos acariciarán mis oídos.
Esta noche seremos ella y yo: luna y lágrimas; cigarrillo y ventana.

Esta noche suspiraré por cada nombre que ya no pronuncio, por cada cicatriz olvidada, por cada beso desperdiciado. Por todas esperanzas amalgamadas, por esos intentos tan fallidos, por todos estos sinsabores macerados en la memoria.

Esta noche será sólo mía. Mientras escucho el Nocturno N° 2 en Mi bemol M Op. 9 comienza a llover. Cada nota una corchea, cada suspiro un silencio. Una a una las gotas de lluvia van inundando todo. Una tormenta, un ciclón. Siento que puedo escapar y correr bajo esa lluvia, que se lleva todo, que deslava mi alma, que destiñe mis penas. Alocada, derrotada, con la mirada en el barro de las esperanzas.

Cada gota de lluvia es una lágrima.

lunes, 20 de diciembre de 2010

Mis más absurdas palabras...

...una total complicidad, infinitas posibilidades y ausencia absoluta de remordimientos.

... poseo todos los defectos, casi todos los posibles.

 Valoro la capacidad reflexiva...un buen café y un sórdido sentido del humor.

Me he enamorado tantas veces, tantas y demasiadas veces, y el proceso de desamor ha sido inversamente proporcional a cada una de ellas. Cuando comencé este blog sangraba a mares, lloraba a borbotones y había caido en un patético y anémico estado de tristeza a raíz del abandono de quién consideraba la persona más importante que había pasado por mi vida.  No me arrepiento ni trataré de justificar el estado de imbecilidad en el que me sumergí, creo que si bien, la dignidad se vio gravemente disminuida, la experiencia de alguna manera -que aun trato de resignificar- permitió avanzar a otros estados de imbecilidad mayor o leves atisbos de lucidez y racionalidad. No puedo intentar justificar ni modificar lo que ciertamente fue una vivencia de engaño y autoengaño. Me arriesgué por la persona que me fascinó de una manera que no había conocido, la idealización de todas las formas de contacto, siendo éstas eróticas, sensuales, sentitivas y cognitivas, amar de una manera ingenua, quijotesca, absurda, apasionada, visceral, bestial y total. Luego, me quedo con el inmenso vacío que dejó su ausencia repentina. Creo que enloquecí de no tener certezas, de sus regresos súbitos y sus predecibles retrocesos, de pasar del odio al dolor en las entrañas, de no saber quién es el culpable, si él o yo, si ambos, si ninguno. Pronunciar su nombre y sentir aún el sabor de sus labios, y al mismo tiempo, el ácido que corroe los sentimientos aun atesorados en el recuerdo.
Amé sus palabras, su voz, su imagen, su mundo, su poesía. Lo amé por años, lo atesoré como mi más preciado sueño, aunque se volvió mi pesadilla, mi verdugo, guardaba aun un duelo por él. Finalmente, cambió su número, no supe más de él, desapareció de la misma forma que hacia siglos lo hice yo. Hubo un momento en que pensé que todo había sido una vendetta, un juego macabro de un ego herido y vengativo.
Un día volvió a aparecer, y la estupidez - lo único infinito en el universo-, me hizo esbozar una sonrisa una vez más y seguir cada una de sus instrucciones.  Me invitó a visitar su mundo, su oscuro y lúgubre mundo, qué hacía yo ahí? qué intentaba yo demostrar? demostrarle? demostrarme?...
Un verso de Neruda retumbó en mis oidos: Nosotros los de antes ya no somos los mismos...
Miré sus cabellos, sus fotografías, sus sonrisas...
"No es Usted a quién yo espero..." y tomé mi bolso de piel marrón, con mis zapatos de tacón y mi vestido de domingo y me alejé de él.


domingo, 19 de diciembre de 2010

Canto a Mí Mismo - Fragmentos

Canto a Mí Mismo (fragmentos escogidos)
Walt Whitman
(1819-1892)
Me celebro y me canto a mí mismo.
Y lo que yo diga ahora de mí, lo digo de ti,
porque lo que yo tengo lo tienes tú
y cada átomo de mi cuerpo es tuyo también.
Vago…… e invito a vagar a mi alma.
Vago y me tumbo a mi antojo sobre la tierra
para ver cómo crece la hierba del estío.
Se cuál es mi misión y no lo olvidaré;
que nadie lo olvide.
Pero ahora yo ofrezco mi pecho lo mismo al bien que al mal,
dejo hablar a todos sin restricción,
y abro de par en par las puertas a la energía original de la naturaleza desenfrenada.
Quédate hoy conmigo,
vive conmigo un día y una noche
y te mostraré el origen de todos los poemas.
Nunca ha habido otro comienzo que éste de ahora,
ni más juventud que ésta
ni mas vejez que ésta;
y nunca habrá más perfección que la que tenemos
ni más cielo
ni más infierno que éste de ahora.
Instinto……. instinto…… instinto
Instinto siempre procreando el mundo.
De la sombra surgen los iguales que se contradicen y se complementan,
la sustancia que se multiplica……
el sexo siempre,
siempre una malla de identidades y diferencias…….
Me rodean gentes nuevas,
gentes que me acosan a preguntas……..
Me llegan recuerdos de mi infancia,
de mi barrio,
de la ciudad,
de la nación;
pienso en las grandes fechas,
en los grandes sucesos,
en los grandes inventos,
en las nuevas empresas;
Todas estas cosas llegan a mí de noche y de día,
entran en mi vida,
vienen y se van……..
¡pero yo no soy nada de esto!
Yo estoy fuera de estos empujones
que me traen y me llevan,
Yo me quedo arriba
alegre, ocioso,
compasivo,
viéndolo todo en panorama,
mirando, erguido el mundo desde lo alto
o apoyado el brazo sobre un sostén seguro,
aunque invisible,
esperando curioso,
con la cabeza medio vuelta hacia un lado,
lo que va a acontecer……
el acto siguiente.
¡Yo estoy dentro y fuera del juego a la vez…….
y lleno de asombro!
Deja las palabras,
la música y el ritmo;
apaga tus discursos;
túmbate conmigo en la hierba.
Sólo el arrullo quiero,
el susurro
y las sugestiones de la voz.
Soy el poeta del cuerpo
y el poeta del alma.
Los placeres del cielo son míos
y los tormentos del infierno también.
Los placeres, los injerto y los prolongo en mí mismo y los tormentos, los traduzco a una lengua nueva.
Todo esto está en mí.
No sé lo que es, pero sé que está en mí.
Angustiado me he retorcido por sacar de mi corazón todo cuanto poseía…….
Ahora mi cuerpo está tranquilo y quiero dormir……. dormir…… dormir.
No sé qué es esto.
Es algo que no se ha dicho nunca…..
Algo sin nombre que aún no está en el lenguaje ni en el símbolo.
Es algo que gira más que la Tierra en que yo giro
y me anuncia que la creación es el abrazo del amante que nos despierta.
Tal vez pudiera decir más.
Acaso este poema no es sino un expediente en que he abogado por todos…..
en el que he dicho, por ti y por mí,
que la muerte no existe,
que el mundo no es un caos…..
que es forma,
unidad…..
plan…… Vida Eterna…….. ¡Alegría!
Si no me encuentras en seguida,
no te desanimes;
si no estoy en aquel sitio,
búscame en otro.
Te espero……..,
en algún sitio estoy esperándote.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Gotas en su Espalda

Lo ví llegar y por una fracción de segundo el ruido del lugar pareció desaparecer, caminó y esbozó una sonrisa, ése fue el primer regalo. La noche transcurría entre jolgorios y brindis. Titubeaba, no sabía que en podía terminar o comenzar aquel encuentro pactado. Bebíamos bajo la sombra de un limonero en una terraza. La gente entraba y salía de aquel caserón colonial que otrora majestuoso hoy albergaba a cientos de sedientos de compañía y cerveza. Yo permanecía quieta, concentrada en el fondo del vaso, intentando evitar el contacto visual directo. Seguía pensando en su sonrisa, y en ese momento, él volvía a sonreir como adivinando mis pensamientos. Trataba de concentrarme en el fondo del vaso una y otra vez, pero como un juego macabro su sonrisa me desconcentraba para terminar en el fondo de sus ojos oscuros. Dónde vamos ahora? Al salir del lugar una brisa primaveral nos envolvió por unos minutos, pero al parecer, no fue suficiente para enfriar nuestras intenciones; comenzamos a caminar buscando un rumbo que sin palabras ciertamente habíamos acordado en un lenguaje corporal.

Ya nos conocíamos, al menos habíamos reconocido nuestros rostros. No era un extraño del todo, aunque lo recordaba diferente, más niño menos hombre. La verdad yo no sabía qué estaba haciendo, creo que en algún momento quise poner marcha atrás, pero esa sonrisa de alguna manera, de alguna misteriosa manera, me hipnotizaba generando una sensación de paz que hace mucho no sentía.

Abrí la puerta de mi refugio y lo invité a entrar. El quería ser bienvenido, yo aún dudaba de si él realmente quería estar ahí. Por qué me enredaba tanto? acaso las heridas nunca cicatrizan? Acaso no podía dejar atrás los recuerdos ? Olvidar y ya!... El se sentó en mi cama, se adueñó del espacio con una simpleza de niño... y nuevamente su sonrisa. Fue ahí cuando simplemente me dejé hipnotizar. Su cuerpo había sido tallado parte por parte y su piel tenía un sabor a frutas dulces. Mirarlo, el simple acto de mirarlo generaba una agradable sensación.

Desde hacía varios minutos me observaba sin prisa alguna, como un depredador tan seguro de su zarpazo que con la sola mirada provocaba un estado de no-reacción en la presa. Con mis pestañas casi podía acariciarlo, miraba cada detalle de su cuerpo, de un hermoso cuerpo, tragando en silencio la saliva generada por el apetito incontenible. Su piel tersa, fresca reaccionaba con su sutiles movimientos frente a las caricias. Él sigiloso y prudente, se tomaba también su tiempo, jugaba con las reglas y los límites, no se avalanzaba, no se precipitaba, en un afán de control, de intentar establecer jerarquía. Era una danza entre dos seudo-desconocidos dispuestos a explorarse, sin culpas, sin ofensas, sin restricciones. El efecto contraluz permitía que mi mente llenara los espacios nebulosos y al mismo tiempo, provoca la definición de los bordes, de sus ribetes. Mis manos se convertían en un pincel y una espátula simultáneamente, pero las frenaba, acortaba mis movimientos, con un objetivo en mente, el que fuesen por ahora mis ojos los que se saciaran de placer, mis manos deberían esperar. Su espalda salpicada de gotas de agua que parecían evaporarse con la temperatura de nuestros cuerpos, una transferencia mutua de calor entre ambos desafiando la termodinámica. Observaba cada gota dispersa sobre sus caderas, sobre sus costillas, sobre su columna, casi podía apreciar el brillo de la escasa luz convertida en pequeños fotones caprichosos e impredecibles. Podría perderme en su mirada? podría disfrutar de ese momento convirtiéndolo en un instante eterno? podría retener su sabor antes de lamer su piel? podría calmar mi sed sin beber de él?.

Su cuerpo tendido en mi cama invitaba a fusionarme en un amasijo de caricias, pero yo quería seguir disfrutando de su paisaje, de sus relieves, texturas, mesetas y acantilados. Su hermosa geografía, me hacía olvidar naufragios pasados. Se acercó casi leyendo mi mente y en silencio provocó una tormenta de besos que arremolinaron mis deseos. Su abrazo su un oleaje, mis manos tomaban la forma de una corriente superficial, mientras las suyas provocan un desplazamiento en masa hasta una profundidad considerable, una profundidad expectante que esperaba por él. Su aliento un huracán de sabor dulce y adictivo, empujaba las velas de mi galeón para encallar en sus caderas arrecifes y apreciar los corales de sus muslos. Quería naufragar, no deseaba nadar en contra de la corriente, quise flotar sostenida por la marea de su fuerza, de su ternura y así me dejé ir, abrazándome a su espalda, aquella que ahora petrificada me sostenía en un vaivén embriagador.

Hubiese dormido en su regazo, su respiración se había convertido en un remanso. Aquella noche hubiese podido soñar aferrada a su pecho.

lunes, 13 de diciembre de 2010

Proverbios del Infierno

Hoy desperté molesta, enojada con el mundo, conmigo misma, con el café amargo, con la lluvia ausente, con el que fuera tu recuerdo, con las incomodidades, con las apariencias, con el sueño esquivo. Hoy estoy errante, difusa, cansada.

Hoy releí los versos de un hombre que he amado, que he imaginado por horas empapada en sus palabras. Esta noche, William Blake es invitado a compartir mi almohada. Escogí los renglones que me estremecen....

Proverbios del Infierno

En tiempos de siembra aprende, en tiempos de cosecha enseña
y en el invierno goza.
Conduce tu carro y tu arado sobre los huesos de los muertos.
La senda del exceso lleva al Palacio de la Sabiduría.
La Prudencia es una fea y rica solterona cortejada por la incapacidad.
Quién desea y no actúa engendra la plaga.
El gusano perdona al arado que lo corta.
Sumergid en el río a quién ama el agua.
El necio no ve el mismo árbol que ve el sabio.
Aquel cuyo rostro no irradia luz nunca será estrella.
La eternidad está enamorada de las creaciones del tiempo.
A la atareada abeja no le queda tiempo para la pena.
Las horas de la locura las mide el reloj,
pero ningún reloj puede medir las horas de la sabiduría.
Ningún alimento sano se atrapa con red ni trampa.
En años de escasez, usa número, peso y medida.
No hay pájaro que vuele demasiado alto si lo hace con sus propias alas.
Un muerto no venga injurias.
El acto más sublime consiste en poner a otro delante de ti.
Si el necio persistiera en sus necedades llegaría a sabio.
La necedad es el atuendo de la bellaquería, la verguenza es el atuendo del orgullo.
Las prisiones se construyen con las piedras de la Ley; los burdeles con ladrillos de la religión.

La altivez del pavo real es la gloria de dios.
La lujuria del chivo es la liberalidad de dios.
La ira del león es la sabiduría de dios.
La desnudez de la mujer es la obra de dios.

El exceso de pena ríe; el exceso de dicha llora.
El rugir de los leones, el aullido de los lobos, el oleaje furioso del mar huracanado y la espada
destructora, son porciones de la eternidad demasiado grandes
para que las aprecie el ojo humano.

Lo que Hoy está probado, en su momento era sólo imaginado.
Un pensmaiento llena la inmensidad.
Todo lo que es creible, es una imagen de la Verdad.
Piensa por la mañana. actúa al mediodía, come al anochecer y duerme por la noche.

Quién ha sufrido tus imposiciones, te conoce.
Del agua estancada, espera veneno.
Nunca sabrás lo que es suficiente, a menos que sepas lo que es más que suficiente.

El débil es coraje es fuerte en astucia.
Si otros no hubiesen sido tontos, lo seríamos nosotros.

El mejor vino es el más añejo; la mejor agua, la más nueva.
Las plegarias no aran, los elogios no cosechan!
Las alegrías no ríen, las tristezas no lloran.
La exuberancia es belleza.
La perfección traza caminos rectos, pero los torcidos y sin perfeccionar son los caminos del Genio.
La Verdad nunca puede decirse de modo que sea comprendida sin ser creída.
Suficiente! o demasiado.