domingo, 29 de julio de 2012

Epitafio para nuestra ausencia

La tarde transcurre arrebatando todo lo que alguna vez tornaba este paraje en mi paisaje amado. Ya no tiene sentido aferrarse a las sombras de los edificios, ni a las caricias de las ramas de los árboles batientes, ni a las calles tapizadas de nuestros pasos ausentes. El sol se refleja en las ventanas y me cuesta tanto no salir volando a través de ellas. Un remolino de pensamientos y lágrimas intentan suicidarse, una caída libre que los libere de esta espera que se ha vuelto un proceso de fermentación de la existencia, aquella que alguna vez brillaba con colores brillantes, hoy yace sumergida en el fondo del pozo de estas miserias.
No importa nada, nada brilla, nada posee aquel encanto que alguna vez, que alguna vez amé tanto. Tu recuerdo Templario se volvió una droga, que me hacía esperar, esperar por lo que nunca llegaría, esa fue la razón por la que te escogí, porque nunca volverías. De esta forma tortuosa te volví mi tesoro, un tesoro que no poseía pero que me hacía sentirte cerca.

No tiene sentido, pero eso nunca fue un problema, porque nunca pretendí que lo tuviera. Quizás el objetivo fue siempre la carencia de propósito, de futuro, de posibilidad. Muchos ostentan un amor de esos que disfrutan a diario, que se nutre de mutuas intenciones, de cuidados y detalles. Yo no tengo nada, ni un vestigio, sólo recuerdos de una noche. Una tonta, eso soy.

En otras ocasiones me he despedido, hoy no lo haré. Tal vez eso me reintegre algo de orgullo, algo de coherencia. 

Comienza a morir mi personaje, una parte ya se había suicidado, la otra había sido asesinada por la realidad, por la lógica y esta última parte del triunvirato corre la peor de las suertes, la más macabra de las sentencias, es condenada a resignarse.


lunes, 16 de julio de 2012

La Batalla...

Cansada de rumiar recuerdos, acerbo lacerante que macera esperas resignadas a la muerte. Una ventana que acarrea brisas invernales que entibian mis ya frías ansias de quererte. Si supieras, si tan sólo alguno de estos deseos te alcanzara, te rozara con suavidad como mis dedos tímidos sobre tu carne sudada. Pero las ansias no son más que deseos, etéreos destrozados por las fauces de la realidad cáustica. 

Quiero que seas voz y carne otra vez, quiero que vengas, me mires y venzas. Quiero que tus tropas se preparen para la batalla mientras tus ojos planean la estrategia para el asedio. Sobornaré a mis vigías, dejaré las puertas abiertas y los puentes extendidos, todo preparado para tu llegada. Quiero verte cabalgar desde lejos, y correr a tu encuentro, ataviada sólo por mis ansias nostálgicas. Quiero verte gigante, con tu armadura resplandeciente, el yelmo y mandoble brillantes. Pauperes Conmilitones Christi...




sábado, 14 de julio de 2012

Portulano Caótico

De tanto esperar, terminé olvidando lo que esperaba. Adoptando la postura de la paciencia, observando el tiempo burlón atrapado en mi memoria, y la fantasía susurra tu nombre. Hay noches que me obligo a no recordar, a reemplazar las coordenadas, pero a menudo este baluarte es arrasado por tus ejércitos, basta una sombra tuya para que todas mis resistencias caigan rendidas. Esperé tanto, te imaginé mil veces desde lejos, te acaricié tres mil veces al borde de tus sueños, cinco mil veces caminando por tu calle custodiando tu marcha, diez mil veces hojeando un libro, y que al menos una vez hayas posado tu mirada sobre aquel libro con el Rey Transparente y treinta mil veces escribiendo versos con tu nombre bordado en ellos.

Cuando había reunido fuerzas para asesinar tu recuerdo, apareces..

Escribías aquellas palabras que tanto deseaba, ni te imaginas cuánto las esperaba...pero ahora soy yo la cobarde. Me acostumbré tanto tanto a tu ausencia y esperar que regresaras por segundos, como espejismos en el desierto, que no logro reconocer que ahora estás ahí. La incertidumbre aprendida que no hay certezas, que no es cierto, que me lo imagino, que me lo invento, que vas y vienes, que desaparecerás otra vez y que yo seguiré tras la ventana...