martes, 15 de octubre de 2013

En caída libre...

Regresé. Pero dudo si es un regreso o sólo un espejismo... La mente siempre se resiste a la realidad. Caprichosa intenta seducirla. Se afana en convertirla y transformarla en aquello que alguna vez nos hizo sonreír. Nos hizo respirar profundo conteniendo la vida atrapada en las entrañas. Nos sentíamos tan vivos! Tan soberbios! Ahora Doña Vida ofendida me rehuye. No me mira, no quiere contenerme. Busco su abrazo en esta noche fría. Todo se derrumba y me atrapa, me agrede. No intento zafarme, no me resisto a lo inevitable: el Olvido ha llegado con sus fauces amenazantes.

Hice un esfuerzo desesperado. Le escribí. Lo triste fue que él me contestó. Tal vez sólo se burlaba, tal vez quiso fantasear por última vez. No lo sé, pero de sus palabras otra vez me aferré. Me invitaba y yo nutrida de una euforia fugaz me arrojaba una vez más al abismo. Su silencio fue elocuente. Se arrepintió. No pude frenar mi caída. Cerré los ojos y me dejé caer sabiendo que al final estaría mi soledad esperando.

Hubo otra fantasía verbal. Hablamos un par de veces en secreto. Me enteré de su muerte repentina y voluntaria. Envidié su valentía.