El error, crasso error...fue enamorarme cuando sólo era un juego.
Evidentemente, omití las reglas de la contienda, porque nunca fue una relación, se trataba de una Guerra, de esas terribles guerras encubiertas, silenciosas. De esas Guerras en las que uno tiene el poder, porque tiene el conocimiento, porque ha espiado, hurdido su plan, desconectado los vallados, sobrepasado las defensas, ha fingido una sonrisa cordial y ha ofrecido gestos de buena voluntad...
Tú experimentado estratega y yo?, pensando en alianzas... Tú, saboreando la victoria, energizándote con el proceso destructivo, anhelando la aniquilación...y yo?, desprotegida, temblando en tus brazos, y hasta creyendo que me salvabas, que me acogías, que te pertenecía ( y las lágrimas vuelven a ríos de amargura, los sollozos ahogados se desbordan como aluviones destructores mientras tirito de espanto....)
y yo cedí, entregué las llaves de la Fortaleza, abandoné el yelmo y fui destrozada con tu espada estocada tras estocada.... Arrasaste violentamente, con toda la crueldad concebida, mi territorio, mis confines....Invadiste mi alma, mi conciencia, mis secretos, mi piel, mis entrañas.... bastó tu sola mirada para que mis defensas se derrumbaran cual Jericó....y fui yo quién abrió la puerta y te permitió entrar.... una invasión de ti en mí...(cuál fue el botín?....) ...(mi ingenua resistencia? mis súplicas? mi cuerpo agitado temblando? mi voz implorando, negándose? mi respiración agitada? ...
Ahora soy prisionera de una guerra perdida... atrapada en un ghetto silencioso, poblado de mis remordimientos y culpas... Fui traidora, adúltera, delatora y cómplice de mi propia destrucción... Tú?, tú sólo cumplías tus propias órdenes criminales, vives conforme a tu propia ley espartana... Mi error fue enamorarme de mi enemigo, de un destructor, de un hombre que ama la guerra, de un hombre que sólo se ama a sí mismo...
un demonio que al acariciar, erosiona....
que al hablar, tortura...
que al amar, envenena...
