jueves, 13 de noviembre de 2014

Status Quo

Me intentaba encontrar entre las palabras dispersas sobre mi cama, entre las paredes, danzando en el aire, en forma de recuerdos invasores. Todo perdía su coherencia, su otrora sabor dulce. Cada día buscaba una excusa cualquiera para seducirle y convertirla en mi propósito, aunque fuera efímero, aunque doliera en el alma sincerarse con la verdad. Oh! la Maldita Verdad. Siempre merodeando entre mis mentiras cómodas. 

La existencia simplemente se volvió una carga imposible de arrastrar. Es una ilusión que uno avanza. Tal vez el cansancio se hizo tan insoportable que a diario consumimos sobredosis de opiáceos mentales. Nos seducen las lisonjas, nos conformamos con la espera. Quizás sólo estamos boquiabiertos y babosos, observando la inercia de mantenernos en un reposo permanente pero alucinamos con arrastrar la carga de la existencia.

Aquí estoy, en inercia. Observando como mis días transitan sin mí. Cómo se burlan de mi Triunvirato moribundo. Aquí estoy, derrotada. Sin pretensiones, sin demandas, sin esperanzas. Me rendí de todos los modos.

miércoles, 12 de noviembre de 2014

El camino de Regreso

Durante años imaginé todos los escenarios posibles, los improbables y hasta los más terribles. No podía -y reconozco que tampoco quería- la hipotética situación de lo evidente: el Olvido comenzaba a gestarse. Soplón, cabizbajo, tímido y mordaz, hacía su aparición. Lo invoqué de tantas formas, tantas veces, tantas noches. Y ahora, hace su entrada triunfal, de la forma que jamás pude presagiar.

Por noches y noches esperé su llamada. Fui feliz cada vez que me invocó, cada vez que me recordó. El Templario escribía y yo disfrutaba su caligrafía, la semántica, cada palabra. Él nunca entendería, y sería un craso error sólo intentar explicarlo. Qué sentido tiene? Qué lógica cobija? qué razonamiento podría? Ésas impacientes serían sus preguntas. No. No lo entendería. Y una vez más yo buscaría todos los pretextos posibles, todos los contextos improbables y los haría un texto terrible.

Este hombre sólo busca un remanso para sus demonios. Un puerto, un callado.