jueves, 19 de enero de 2012

Cuándo y Cuándo

Recuerdas esos días en que despertaba en tus pensamientos? aquellas mañanas en que mi silueta se deslizaba por tus mesetas irrigando tu simiente? Recuerdas esos instantes en que mi voz se entrecortaba al oir tus susurros lejanos a través del teléfono? Recuerdas aquellos momentos en que deseábamos derretirnos en sábanas cómplices? degastarnos entre jadeos, evaporarnos en caricias. Cuando estabas tan presente, tan cerca, tan mío. Cuando nada importaba más. Cuando aún sobrevivían las ilusiones, cuando aún podíamos volar.

Hay días que te recuerdo más de lo necesario. Hay mañanas que al despertar el reflejo de tu perfil se dibuja en mi almohada. Hay tardes en las que aún observo el camino esperando tu regreso. Las noches se tornan tortura en dosis letales de ausencia.

Cuándo, cuándo sólo dime cuándo podré cerrar los ojos sin verte atrapado en mis recuerdos? Cuándo, cuándo podré dormir sin soñarte? Cuándo y cuándo podré vivir sin sobrevivirte?

miércoles, 11 de enero de 2012

Doxología

Me imagino lágrimas, de tristeza, melancolía, alegrías, de amantes, de madres, hijos, despedidas, redención, todas lágrimas. Ciertamente es en el rocío donde encuentro paz...para aquellos días de tormentas. Comienzo a mirar el mar... Encontraste la paz que buscabas en las caracolas marinas? En las profundidades? En la oscuridad? Y si...lo sigo intentando? Porfiando, Esperando, Y si...corro el riesgo? El riesgo de la locura, de Penélope transformada en Alfonsina. Y si...tan sólo nos desprendiéramos de estos lastres... Yo, de este cobarde orgullo; y tú, de tu orgullo cobarde.
Esta noche me acompañan un libro, un cigarrillo y una ventana con brisas marinas... (Ninguno se atreve a musitar tu nombre). Prisionera de mi memoria, Maldita memoria, Remembranzas con tu aroma, Recuerdos con el sonido de palabras. Esclava del evocar En soledad. Suicido en pequeñas dosis literarias...
No lo sabes, Ni lo recuerdas. Olvidaste antes de mirar atrás. Mientras yo continúo inmóvil, En el mismo lugar, En el mismo ayer... Hay un solo atardecer capturado en mi memoria, el mismo cuyo amanecer capturó tu ausencia... Mis ojos contienen lluvias del sur...que inundan las pestañas en ríos con tu nombre, desbordados
Comienzo a borrar mis huellas... Lo que fue, Lo que alguna vez creímos real, Fragmentos dispersos Por el olvido vientos... Huracanes y tormentas, Sobre estas pupilas cansadas de vigilias y esperas... Deslizo mis dedos, Enredados en tus cabellos... Mis caricias silentes, Penitentes deseos, Inconfesables ansias, Moribundas esperanzas. Con mis versos ebrios de melancolía te acaricio desde lejos...
Con la brisa de la tarde, Arremolinada de mis suspiros, Viajan palabras y recuerdos, Para un hombre Cuyo nombre, Olvidar espero... Sombras, Me hice sombras, Para acariciarte, Sin nunca poder tocarte.
Tantas certezas apolilladas y en desgracia dispersas sobre derroteros de incertidumbres... Quiero otoños...en mi mirada aún sobrevive el otoño con sus aromas terrosos y maderas húmedas...
Poesía...quieres dormir conmigo? Poesía cómplice, Poesía asesina, Poesía amante, Poesía amiga. El poeta triste, El poeta suicida. Estrofas aullidos, Versos prohibidos. Esa noche murió toda la poesía con su nombre atado a mis versos...
El silencio de tu ausencia, retumba en mis pensamientos. Con sus ausencias, con sus melancolías, con sus atuendos de insomnio y una lágrima suicida... Debería embriagar tu recuerdo... No eres tú a quién extraño, extraño todo lo que tu presencia inundaba, lo que tu presencia contenía.
Mis poemas dispersos, Mi tristeza derramada. No hay motivos, No hay palabras. Se acabaron los versos con tu nombre atado a ellos... Frígida de adverbios, desinteresada en sustantivos... Sólo en los verbos encuentro conjugaciones placenteras...
La trampa de una nostalgia corrosiva y obsesiva... infinitas preguntas...infinitas posibilidades...y ninguna certeza.
Cada palabra mía eran pruebas de vida, Cada respuesta tuya, muerte presunta.
Cansada de inútiles esperas, Cansada de tantas excusas, Cansada de mentiras tras mentiras. Me rindo. Pierdo. Vencida. Soy Naufragio. Tierra firme, tras naufragios del alma. Espejismo, esperanza vana
Mis catacumbas están repletas de tus promesas muertas... Las lágrimas ya no son aluviones de nostalgia. Hoy la sequía erosiona tu permanente ausencia... Cuando se acaben las esperanzas, sólo me quedarán las ausencias... Viento del norte, Lluvias del sur, Tierra húmeda Lirios y amapolas Sea mi tumba, mi lecho eterno Y oir en las noches, el crujir de cielos.
Recuerdo antes de él, cuando mi piel no tenía cicatrices, tampoco las tenía mi alma. Él no sabe que existo, su cobardía y orgullo me olvidaron y mi silencio se hizo distancia insoslayable.
Estuve a punto de correr hasta tu puerta, sin orgullo, sin cobardías, desprovista de todos mis prejuicios, incluso de mi pasado.
Ese desolado paraje devastado por un huracán, mi piel desnuda destrozada por el cataclismo de tu aparición repentina…
Las sepias se diluyen con el calor de mis manos mezcladas con lágrimas que no sé de dónde provienen. Comenzaré eligiendo las hebras para tejer mi mortaja. Algarabía de risas y recuerdos atrapados en estos versos sin esperanzas. Podría deslizar mis pensamientos hasta el borde de tu presencia, rondarla, sin traspasarla...que sepas que estoy ahí, al acecho... Seclusión de fantasías con aromas perdidos, No es tu piel, no es tu abrigo, Son los instantes mezquinos la condena, mi presidio. La locura del encierro, Los barrotes de mi desdicha, Mi cadalso es mi memoria, Mi tormento tu olvido. Melancolía criminal, Tristeza canalla. Insomnio cómplice, Funesta esperanza. Insomnio tejedor de elucubraciones, almohada consejera funesta, Cada suspiro fugitivo de mis penas, condenada a eternas esperas. Cada hilera contenida de noches, Lunas, caricias y sábanas. Otra hilera torcida de ausencias, Lluvias, soledad y nubarrones. Hilando las hebras para un telar de recuerdos trenzados con mis lágrimas... Las brisas costeras susurran, Aquella melodía con palabras tuyas. promesas moribundas, Baldías esperanzas.


Noche,
Como aquella.
Noche,
En que fuimos;
Noche,
Cuando amamos,
Noche, Noche de verano.


Mordazas con besos, Cepo con mis abrazos, Encadenado con mis piernas, Ataduras con caricias, Prisionero de mis amores. Un cigarro, una copa de vino y un libro...acariciada por brisas marinas y acompañada de tu ausencia.
Calendario inmutable, marcando aquel día. Un funeral de lágrimas un duelo, repentina partida. El tiempo miserable, mi alma marchita. Los días invernales, la lluvia evoca tu ausencia. Las noches estivales reclaman tu presencia. Cuando eras sonrisa, cuando eras calor y sudor, cuando eras diálogo, sonido y presencia. Luego, Fuiste vacío, ausencia repentina.
Besaré mis manos, Suspiran las brisas, Alguna vez fuimos amados, Alguna vez fuimos risas. Esta noche sombría, El alma agoniza, Sin despedida. No hay despedida Muere lenta el alma querida. Y yo silente, enjuago las heridas, de un amor que solo agoniza... Las rimas se han ido, Ma abandonaron los sonetos. Las palabras te han seguido, Y yo me he quedado con los restos. Desfallecida mirada de ojos tristes. Ya no hay sonetos, Ya no hay pulcros lienzos. Las melodías escapan a mis versos. Me haré por un instante, la que fui. Colosal, radiante de amaneceres. Nutrida de amores, Acariciada de deseos. Mustia sombra, Congojas parturientas de sinsabores. Aquí te espero,Cómplice de nuestros desvelos.
Te has dado cuenta que cada verso mío es una forma orgullosa de acariciarte a la distancia? Y ahora qué? y ahora hacia dónde? y ahora para qué? Cataclismo de preguntas inquietas...
A menudo por las noches te visito en tu cama usando mis palabras... Te has dado cuenta que cada verso mío es una forma orgullosa de acariciarte a la distancia?

martes, 10 de enero de 2012

Doxología para mi Muerte

De cuando en vez, regresaré a este momento, para besar tu sombra y en secreto venerar tu recuerdo. Acepto la realidad. Seremos un episodio, un recuerdo, una noche de verano, un amanecer y una despedida. Durmiendo en tus brazos, acariciada con el aliento de tus palabras. Así te recuerdo, expuesto, bendito, Mío. Hay tardes en que la melancolía me acecha sin piedad y con una fiereza que me aterra. Sus tentáculos cual férreas sogas aprisionan mi sosiego. Cada Noche es una proeza de sobrevivencia, sobrevivir a tu recuerdo, a tu lacerante recuerdo.

Mis versos marchitos,
Poemas inconclusos,
Besos furtivos;
Amante Maldito.

Tantas Palabras!
Tantas Promesas!
Tantas Pasiones!
Hechas alevosas mentiras.

A veces siento que me resigno, que me sumerjo en esta desdicha, habituándome al paisaje de tu ausencia. Tan dificil ha sido esta sanación y asumir tu decisión. Cuando me enamoraba sin medir las consecuencias de un juego macabro, en el que sólo mis apuestas eran como perdedor. Pero hoy dudo de esto, quién ganó? quién ha perdido? ganamos algo o lo perdimos todo?.

Hay tardes en que me siento perdida. Pensaba que con el tiempo todo pasaría, todo decantaría, seguiría su curso y el olvido cicatrizaría las heridas. El tiempo pasa, arrasando mis esperanzas, mis días, mis ansias, mis calendarios, mis agendas, mi insomnio, pero tu recuerdo permanece. Mi vacío se hace inmenso devorando los escasos fragmentos sobrevivientes a ti.

Asumo que opté por renunciar a la búsqueda. Tanto deambular buscando rostros, buscando un nombre, buscando un amante, comencé a perderme en los callejones de la indiferencia, de las mentiras, de tanta hipocresía, de tanta farsa, de tanta palabrería. Fue ahí cuando apareciste, como una anunciación, como un remanzo en la oscuridad de mis noches eternas, de mis inviernos inclementes y sombríos.

Opté por no renunciar a mi lapis philosophorum, aferrándome a mis escasas certezas, inundada de todas mis incertidumbres.