martes, 28 de febrero de 2012

Réquiem Nocturno

Habito en un espacio-tiempo deforme y lúgubre. Aquí estoy enterrando un poco más de dos años de ésta que con alarde y orgullo llamo mi Vida. Estoy cansada, resignada y cansada. Triste y cansada. Sobre todo cansada. Ya no quedan esperas, ni desvelos, ni premuras, ni deseos. Todo ha sido devastado por la erosión de las lágrimas, la soledad y el tiempo. Fui otra más que intentó el imposible y sucumbió a la paciencia que se transformó en locura. Perdí los límites, me permití ser arrastrada por mi propia imprudencia, sin estimar los riesgos, sin prever los resultados predecibles.

Intento concentrarme en el silencio dentro de mí, pero no es silencio lo que concentro, es una erupción volcánica retenida, burbujeante, cándente; que amenaza con destruir todo lo que he construido, toda esta paz momentanea de segundos, de versos, de pequeños intentos de cordura. Todo lo que alguna vez me hizo brillar hoy mustio me recuerda la fragilidad, la vacuidad, la mortalidad.

Se acabaron las lágrimas, la sequía también las ha agotado. 

El funeral transcurría lento, parsimonioso. Chopin rompía el silencio con aquella pieza nocturna amada. El triunvirato estaba destruido. La Misma lloraba descontroladamente pero tampoco corrían lágrimas por sus mejillas. La que solía ser inmutable observaba el féretro aterciopelado rodeada de lilium asiático, su flor favorita, siempre augurando su propia muerte. Ella pálida, fue ataviada con un lencería francesa que ella amaba y que sólo en una ocasión vistió. Sus largos cabellos adornaban su rostro volvieron a ser azabaches en contraste perfecto con su piel láctea. 

La que solía ser, rompió el silencio: Hay algo que debes saber.

lunes, 27 de febrero de 2012

Poema Refugio

Triste.
Profundamente triste.
Lágrimas inundación que agitan una tormenta.
Lágrimas que brotan desde el alma en deshielo.
Ahogando mis esperanzas
ahogando mis desvelos.

Triste,
Ya no quedan días soleados
ni cartas por recibir,
ni tesoros corsarios.
El alma errante, confundida de ayer,
encadenada a lo evidente.

Triste.
Resignada a estas noches.
Recluida a las sombras.
Silenciada de confesiones sinceras.
Mordaza para mis labios penitentes!

Traicionaré mis fantasías fútiles,
las incineraré de Razón,
Adiós poemas refugio,
Adiós versos protección.

domingo, 26 de febrero de 2012

Fantasías

Hoy sentí vergüenza. Vergüenza de desnudar el alma en un arrebato de honestidad. Yo pensaba que siendo sincera desde el principio, uno se evitaba después el horror que con el paso del tiempo comienzas a desenmascarar a un desconocido que crees conocer. Por eso, cometí la peor estupidez: "Mostrarme con excesiva honestidad, sin caretas, sin mentiras, sin frases hipócritas" para que el otro construya una silueta congruente con quién uno es, no una deformación. Crasso error. Crasso y lamentable error.
Todos quieren una fantasía, perfecta, inmaculada, virginal y hacen caso omiso a las imperfecciones, aunque sospechen de ellas. Ciertamente algunos prefieren el maquillaje de los vicios, de los detalles, de las dudas, de los celos. No existen mientras no los confieses. Si lo confiesas, los hacen reales para ellos. Ese fue mi error, mostrarle a él quién yo era, no vio ni quiso creer en quién me transformaba, no por él, sino por lo que él provocaba.


Con el tiempo, las noches y los días, aquellos que se suceden con inclemencia, autoritarios que van y vienen a su antojo caprichoso.

Hoy asesinaré mis verdades. Ahogadas en mentiras. Esta noche enmudeceré mis verdades. Amordazadas con mentiras. Esas lágrimas suicidas que en vez de lanzarse en caída libre, prefieren asfixiarse en el alma. Callar, aprender a callar. Nunca más, nunca más! La Verdad debe ser muda cuando de amantes se trata.

Cuando se pierde hasta el último residuo de esperanza, ¿qué nos queda para seguir?. Cuando la sonrisa exiliada se niega a regresar...Desde este momento seré con el presente cuidadosa, reservada, casi sobreprotectora...El pasado alimentará en silencio mis versos, el presente enmudecerá mi realidad

Hoy confirmé algo que deseaba que fuera real, hoy confirmé que yo también habito en sus fantasías, que aún me recuerda, que habito ese recuerdo que uno de cuando en vez acaricia en las noches. Confirmé que él también después del encuentro en altamar, después de aquella embestida, pirateó mi silueta, y escondida estoy entre sus tesoros corsarios. Hay noches estivales que regresa a mí, y en la misma fantasía, yo regreso también; salvo por un detalle, yo nunca me fui, quedé atrapada en ese lugar voluntariamente. Comencé a conformarme con una silueta fantasma, y eso era suficiente, no exigía más.

Hoy, tanto terminé odiando el hoy porque insistía en habitar el Ayer.
y ahora no sé como regresar al mañana, se me hace difícil seguir el ritmo, va demasiado rápido y me retraso a cada instante.

Seremos fantasía. Las fantasías no se hacen reales, por eso son fantasías.
Fuimos dos noches, ésas fueron nuestras fantasías. Fuimos honestidad absoluta, descarnada, fuimos humanos desnudos en cuerpo y en mente, sin máculas de hipocresía. Eso es una irrealidad, eso es una mutación, es un hecho improbable y eso no se repite.

Nadie imagina lo que siento en este instante, siento el alma fragmentada en millones de trozos que no intento unir, los dejo disgregarse para aliviar el paso de los días.

miércoles, 22 de febrero de 2012

Dosis de Resignación

Cada día me cuesta más esfuerzo retornar a este lugar, otrora mi refugio, hoy se torna mi tortura. Tan difícil que se ha hecho el simple acto de dar vuelta la página, terminar el libro, avanzar a otro capítulo. Ese afán tozudo de aferrarme a la fantasía de la inexistencia, algo que fue y que el tiempo trituró en sus fauces hambrientas. Fue transformado, desecho y rearmado. Soy yo la que se aferra a la remota posibilidad, que aún siendo altamente improbable me alivia la agonía de la certeza rotunda.

Resignación. Cuánto odiaba esa palabra! Cuánto odiaba esa inercia de la aceptación silenciosa!. Y sin embargo, ésa ha sido la alternativa en la que me he visto acorralada, pese a todos mis desesperados y rebeldes esfuerzos para doblegar el Destino que imponía finalmente su voluntad. Tanto buscarte, para sólo contemplar cómo debía aprender a continuar sin ti, aún sabiendo que existías.

Supongo que ése debe ser mi consuelo, el bálsamo que suavice mis heridas. Esta fantasía que aún atesoro, ocurrió; el hombre que soñaba, existía; tenía un nombre, respiraba, vivía. Ya no importa si fue correspondido, o no; si importó o no, si me amó, o sólo me olvidó. Ya no busco esas respuestas que sólo agregan sal a mis heridas. Todo lo que soñaba habitaba un cuerpo, y pude recorrer toda su geografía; pude conjurar mis hechizos en su piel, beber de sus fraguadas entrañas, derretir su sudor en un almizcle imperecedero. Fue real, ocurrió y el acto de recordar fue la forma de seguir disfrutando de una noche, convertida en mil noches de insomnio solitario.

Esa noche debí sospechar que el amanecer dejaría caer el telón final.
Mi memoria traicionera ha sido la que fatal ha repetido cuadro a cuadro las escenas atiborrada de detalles deliciosos. Tuve la opción de reemplazarle, de continuar buscando sin comparaciones. Pero ya no tenía sentido, había un nombre, un momento que deseaba repetir. Hay eventos aleatorios improbables, pero nos aferramos a la superstición, a la Fe, al Amor para ilusionarnos con el milagro, el milagro que nos redima, que nos transforme, mientras aquello ocurre la maldita esperanza nos inyecta la morfina necesaria para seguir, para insistir, para suicidarnos en pequeñas dosis diarias de resignación.

Acto X: Fragmentos de Memoria

Intentando dar con el tiempo perdido, en algún lado debe estar, junto con todas las cosas extraviadas, un anillo de plata en la arena del desierto camino a cualquier parte, un cuaderno atiborrado de canciones clandestinas, un diario de vida con tapas azules, un manojo de cartas sin remitente, un peluche con ojos negros plásticos que me seguían...un acerbo de palabras atragantadas, de ideas que no prosperaron, de sueños que se hicieron pesadillas...

Dónde quedó ese tiempo? ese tiempo con sol de verano, cuando los relojes los desarmaba para descubrir el enigmático sonido interminable de sus secretos y no eran una amenaza para llegar a ningún sitio puntualmente... Los hibiscos rojos convertidos en damas en un salón de baile sobre la mesa del comedor añoso y oscuro...

Recuerdo las ollas, el hollín de la cocina, el olor a madera, las ígneas brasas transformando olores y sabores...

Recuerdo a Marcelo y a Gabriel, mis primeros amigos, cómplices de travesuras con sudor a inocencia e ingenio curioso, a juegos con camiones de madera y montañas creadas por el movimiento geológico de sacos de semillas... revoloteando y persiguiendo histéricas gallinas....caída la noche, la inflexible reprimenda que no se hacía esperar, la abuela seria y parsimoniosa preparaba el ritual del baño, en una palangana enlozada con golpe que había dejado una negra cicatriz.... restregaba mis rodillas y sus hilos grisáceos prematuros se balanceaban hacia mis ojos inquietos....todo era tan grande e inalcanzable....

Recuerdo una noche...estrellada y hermosa, mientras la vieja ante una artesa de madera tarareaba melodías espirituales, mientras enjuagaba la miseria cotidiana de los días sobre las ropas vetustas... Yo observaba sus manos arrugadas y brillantes, que agitaban el detergente convertido en burbujas celestes tornasolados...Mientras el cielo con lucero y estrellas se pigmentaba de negro y los pinos alrededor nuestro entre sus flecos se entonaba la música del silencio.... y yo la escuchaba absorta, anonadada frente a la hermosura de la noche...

Cuando vine a despertar, no me di cuenta del tiempo de sueño... Recuerdo la casa aquella, una cobija con ositos Teddy y soldados de madera, tal vez detalle delator del secreto e inconfeso deseo de un varón como primogénito. Piso de madera y cortinas blancas, murallas verdes y celestes en una estructura de madera abandonada por la voluntad y la juventud.

En un intento desesperado por no olvidar, para evitar que los recuerdos me abandonen y sentirme una vez más, del mismo modo aquel... Un desesperado intento de sobrevivencia...

Recuerdo una mañana, parecía invierno, una despedida en una céntrica calle, un abrigo rojo y unas pequeñas manitos intentando llegar a la ventanilla, él de pie, se veía tan triste, evitaba mirarme, siguió así muchos años después. Creo que nunca más fue feliz. La amó tanto, que su partida definió el destino de sus días. Creo que sobrevivió a un accidente que dudo de su casualidad, a veces creo que fue un desesperado intento de olvidarle.

Recuerdo la casa de los Abuelos, los aromas, las rosas amarillas, las cortinas, la madera brillante del suelo.  Recuerdo los aromos, el viento colándose por entremedio de los pinos, provocando un silbido que me hacía  fantasear con el viento jugando a ser niño.

Recuerdo, recuerdo tantas cosas!
Tantos días sin prisa!
Lentos días y sosegadas noches amparada y protegida.

Cierro los ojos.
Respiro.
Regreso a Casa.
Regreso a Casa.

Tiempo Perdido -- Primer Intento

Intentando dar con el tiempo perdido, junto con todas las cosas extraviadas...un anillo de plata en la arena del desierto, un cuaderno atiborrado de canciones, un diario de vida con tapas azules, un manojo de cartas sin destinatario, un peluche con ojos de plástico que me seguían, un acerbo de palabras atragantadas, de ideas que no prosperaron, de sueños que se hicieron pesadillas...

Dónde quedó ese tiempo, con sol de verano? cuando los relojes los desarmaba para descubrir sus secretos y no para correr para no llegar a ninguna parte... Los hibiscos rojos cargados de polen y abejas, la casa con olor a pan amasado, la luna bañándose en el río. Dónde quedaron los fragmentos de lo que alguna vez cohesionados nos hizo tan humanos? tan brillantes y tan altivos?

Dónde fueron a dar tantas promesas pronunciadas con el corazón palpitante desgarrando el alma desnuda? dónde quedaron mis ansias naufragas de encallar en los arrecifes de tus caricias clandestinas? dónde quedaron disueltas mis fantasías de Poemas, mis sonetos y versos?