viernes, 20 de agosto de 2010

Horas

Esa noche terminó siendo la última piedra sobre mis hombros. La idea al parecer, fue sumergirme sin la intención de reflotar, todo, absolutamente todo carecía no sólo de sentido, sino que peor aún, carecía de interés. Me había anestesiado completamente, sólo intentaba no recordar, olvidar obligándome a perder la conciencia, y eso fue lo que precisamente ocurrió. Caminaba en medio de una fiesta que apenas comenzaba, se percibía en el ambiente un caldo de cultivo de espiritus rancios, olvidados, jadeantes y embrutecidos, y yo siendo parte de esa dinámica. entrando siendo parte del juego. Caminaba y sentía miradas de desprecio, de curiosidad, de interés, de repulsión y simpatía. Me acerqué a la barra, otro cóctel mortal para mi razón, la cordura había quedado suspendida junto con mi abrigo.

La fiesta no tuvo fin, recuerdo haber despertado en mi cama varias horas después con un sensación de tristeza corrosiva. He alcanzando mi estupidez en el grado máximo.

Esta noche estoy molesta conmigo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario