jueves, 20 de enero de 2011

Declaración de Intenciones

Me declaro incompetente. Incapaz de tolerar la estupidez, la vanagloria burda, la majadería cretina y burlona, que jamás será simil a la sabia simpleza y la convicción certera.

Me declaro cansada de los ruidos monótonos de conversaciones frívolas, de las sonrisas gastadas de hipocresías y malicias intencionales.
Me declaro en guerra contra la rutina, las imposiciones, los prejuicios y los rótulos antojadizos.
Me declaro en ruina moral, por ello no juzgo, no pregunto, no acuso a nadie, a ninguno. Soy culpable de disfrutar, de observar, de provocar, de sonreir y acariciar. Soy cómplice con los ojos cerrados, sólo mi corazón es delator enmudecido.

Decreto para mi alma noches de silencio con baños de luz de luna.
Decreto para mi memoria el bálsamo que suavice mis heridas de batalla.
Decreto para mis labios el vino embriagante de labios sinceros.

Prisionera de decisiones mías, mías sólo mías.
Esclava de consecuencias que no enmendaría, que descaradamente repetiría con alevosía y premeditación.
Orgullosa de ser Culpable y con humildad aceptar mi condena.
Mi condena, sólo mía, mía y mía.

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