sábado, 1 de enero de 2011

Súbitamente...

No lo puedo describir, comencé a escribir casi en forma automática. Es un deseo incontrolable, que se apodera de mi cabeza, de mi mente, que pudre el alma invadiendo mis venas, mi escasa existencia reducida a fragmentos que no se conectan, que no vibran, que han dejado de cohesionar mi esencia. Qué estoy haciendo? qué estoy haciendo? hacia dónde me dirijo con todo esto? cuál es el propósito de este sin-sentido que me gobierna, que me manipula cual marioneta?. Las lágrimas emergen desde mis adentros pero ya no con pena, no por la ausencia de él, de ellos, de nadie; brotan del vacío interno, de las desesperanzas vacuas, de aquellos estériles aromos que no florecieron en mis recuerdos de cultivados de ayer; brotan desde el tiempo perdido, aquel desde las esperanzas extraviadas intentando amar, de tantas y tantas promesas rotas.

Hoy me perdía en una noche estrellada, sería aquello que buscabas al disparar a tu pecho, Vicent? qué pensabas cuando aquella bala penetró tus entrañas?

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