lunes, 11 de junio de 2012

Desde Lejos

El tiempo se encarga de diluir los recuerdos fraguados en sal y agua. La tristeza finalmente nunca te abandona, al parecer agazapada se encarga de permanecer oculta. Las noches comenzaron a ser mis aliadas, algunas me acarician hasta reconciliarme con mi sueño esquivo. Dejé de evocar recuerdos para espantar los insomnios malévalos, que a veces traicioneros en forma de pesadillas me hacían visitar aquella puerta y aquel balcón.

Este tiempo de crisálida ha sido más lento de lo que esperaba, pensaba que la sanación llegaría más rápido, más instantaneamente. Cuando deseas con tantas fuerzas simplemente olvidar.

Algún día seré mariposa, sólo necesito dormir profundamente.

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