martes, 12 de junio de 2012

Poesía ebria...

Fue así como nos fuimos olvidando de nostros mismos, nos fuimos olvidando de todas esas sensaciones, convicciones y certezas que pensamos alguna vez que serían inamovibles. La vida, así comenzó a volverse esquiva, idiota, malhumorada.  Terminé en ruina moral, enriquecida sólo de ausencias y nostalgias. Nunca hubiese imaginado que estas trampas estarían ocultas en el camino, finalmente las sospechas no sirven de consuelo ni de penitencia.

Hay momentos en que Chopin suena más triste que otras noches, hay momentos en que quisiera borrar la memoria, pero ahí está impertérrita, inmutable, odiosa y sarcástica.

No hay comentarios:

Publicar un comentario