miércoles, 17 de diciembre de 2008

Acto I

Comenzaba a convencerme que todo estaba bien, en eso ayudaba las adicciones varias, ya sabes, aquellos exògenos que te ayudan bastante a sentirte bien, en armonìa circunstancial y efìmera. La primera de esas drogas fue una de las socialmente aceptadas...la religión. Provengo de una familia protestante, fundamentalista y fanática, una de esas denominaciones evangélicas que prosperaron en los `70 fortaleciendo y apoyando tácitamente a gobiernos totalitarios, para mantener el orden establecido a la fuerza. Recuerdo largas e interminables horas de adoctrinamiento mental, que debo reconocer provocaron un efecto de culpas y manías que dudo pueda reprogramar. Comienza el génesis de una mente atormentada por la definición de lo bueno y malo en un manual de 10 mandamientos... Una imposición que te obliga a funcionar por dicotomías excluyentes, "si haces esto, entonces no puedes ni pensar en aquello"... Es irónico, recuerdo una canción que en aquellos años era sólo una más de esas ingenuas e infantiles canciones de iglesia, pero que hoy me parece tétrica y castradora:

"cuidadito esas manitos lo que hacen, hay un Dios de Amor que mirándote está, cuidadito esas manitos lo que hacen..."
"cuidadito esos ojitos lo que miran, hay un dios de Amor que mirándote está, cuidadito esos ojitos lo que miran..."
"cuidadito esos piecitos donde andan, hay un Dios de Amor que mirándote está, cuidadito esos piecitos donde andan..."
"Cuidadito esa boquita lo que habla, hay un Dios de Amor que mirándote está, cuidadito esa boquita lo que habla"...

M
e imagino que el compositor de esta basura propagandista despuès de trabajar con éxito en la implementación de campos de concentración y asesorías para la Guerra Fría, se ganó la vida en su senectud dejando un legado patético y culpógeno para las futuras generaciones... y que bien acogida estas estrategias de control conductual, no sólo consolidan la imagen de un Dios sancionador e hipervigilante, sino que una serie de sensaciones e ideas irracionales acerca de la culpa, del ser aceptado y de la paranoia. El "cuidadito" resuena como la advertencia catastròfica de la perdición de tu alma miserable, del rechazo del Padre Juez y Verdugo de los actos de sus hijos lacayos, del rechazo de los imperfectos parias...

Crecí escuchando de la ambivalencia de un Dios, que por lo demás, me parecía distante, soberbio y temperamental, pero que te enseñan a no cuestionar "mis caminos no son tus caminos, ni mis pensamientos, tus pensamientos"... pero que amé con la ingenuidad de un niño huérfano a su tutor redentor... Hice lo posible por agradarlo, memorizar extensos pasajes de su supuesta palabra, respetar ritos y ceremonias...intentar amar incondicionalmente, tratar de no entender, sólo recibir esa bendición del bautismo de pentecostés... pero no recibí bendiciones, sino las más desastrozas divagaciones y sospechas... llevaba la marca de Caín, y no me habìa dado cuenta...



3 comentarios:

  1. Recordé un viejo tema..."Hijos de Caín"...

    Y claro, ese canto enfermo...suena a el gran hermano...aquel ojo que todo lo observa...tus movimientos...pensamientos, comentarios...todo...1984?...


    Un abrazo.

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  2. Durante cada hora cuestionada.
    Durante todos los segundos devorados.
    Tu me dejaste maravillada de tí...
    Te has vuelto un mito que yo... Extraño

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