sábado, 1 de enero de 2011

Año Nuevo...

Hace tanto que deseo un año nuevo, una vida que recomience, un proyecto que me reinvente, una brisa refrescante, que con el paso de los sádicos segundos solo he terminando deseando que simplemente las cosas cumplan con la ley de la inercia.  Anoche  fui capaz de sonreir, un brindis al silencio con una mueca dibujada en forma de aparente sonrisa, necesitaba terminar el protocolo y luego sumergirme en las caricias de Morfeo. Todo transcurrió bien, no pude contestar mi teléfono, habían 15 llamadas perdidas, alguna sería de él? me habrá pensado?. Anoché no pensé en él, dice la superstición que lo que haces esa noche tiene un impacto en los eventos del resto del año, entonces seré crédula por un instante, será un año de paz, de indiferencia, de despreocupación, de anestesia emocional...sin lágrimas, sin tristeza, un vacío que no necesité llenar de nadie, sólo mío, mi propia ausencia.

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