viernes, 27 de mayo de 2011

Principio de Incertidumbre

Esta tarde transcurrió vertiginosa, las personas entraban y salían, hablaban y fumaban, el ruido de esta colmena se mezclaba con los acordes de Muddy Waters. LLegué - atrasada como siempre- y me ubiqué con mis pertrechos, libros y lápices sobre la misma mesa de aquel Café. Saludé a todos y regalé una sonrisa y mi elección habitual me acompañó, aromatizando ese pequeño espacio, con toques de macchiato.
 Atrapada en mis lecturas de cuando en vez observaba de reojo las ventanas. La luz del día comenzaba a ceder a la noche, que amenazante, permitía que las mesas fuesen coronadas con pequeñas flamas pentecostés que iluminaban los rostros de los clientes afanados. Ellos continuaban sus charlas y de sus bocas serpenteaban señales de humo.
"El observador por el mero hecho de ser testigo influye en la realidad que está observando", ¿de qué forma podría influir en ella, esa la realidad arrogante y majadera, ella la realidad indolente y yo escondida en este pequeño espacio?. Aquí, donde el tiempo se pierde, retrocede y burlón se detiene en momentos suicidas.
Ansío la llegada de las lluvias invernales, quiero las veredas lavadas de los pasos que una y otra vez me traen de vuelta.
La cafetería comienza a cerrar. Sólo quedan el humo de quienes ya no están y mis recuerdos.
Mañana puede que llueva...

1 comentario:

  1. Amo es lugar. Ha sido mi testigo. me ha observado llorar, contemplar las personas, los libros, absorber los aromas y maldecir los olvidos. Tantas tardes, tantas lluvias, tanta soledad!

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