viernes, 1 de junio de 2012

Habrá un segundo

No te imaginas, ni siquiera lo sospechas. No lo sabes, ni quisieras saber. Lo escribiré porque amenaza con estallar en mis entrañas y llevarse lo poco que va quedando de mí. No lo sabes, ni lo quieres oír. Este exilio ha menguado mis fuerzas, ha erosionado esta geografía que antes florecía cual vergel bendecido. Todo comenzó a perder la luz que tu presencia entregaba. 

Habrán momentos en que podré volver a este lugar, donde ahora entierro el féretro de tu recuerdo. No tengo opciones, se acabaron. Me aferré a todas las posibilidades, pensando que en alguna de ellas podría encontrarte. Me quedé quieta observando el tiempo, imaginándote desde lejos, acariciando tus palabras que en forma de eco recluidas quedaron en esta celda voluntaria. Ni siquiera puedo culparte, qué sentido tendría? 

Habrán momentos en que volveré a esta sepultura. Traeré lirios y jazmines, besaré tus labios en esta tumba que he construido con la fantasía de tus batallas. Te imaginaré victorioso, condecorado de honor sobre tu armadura impecable. Ya no quedan palabras, sólo nos restan los silencios. Se acabó el tiempo de siembra y cosecha, ha llegado el invierno. Pero, cerrarás los ojos y ahí estaré, me haré brisa, seré recuerdo esperando por ti, sólo recuerdo. Al igual que tú, debo zarpar desde este lugar, sólo que voy retrasada. 

Volveremos, cada aniversario.
Volveremos y otra vez beberemos de nuestros labios.
Volveremos, y otra vez haremos eterna una noche, cubiertos de penumbras y sudor.
Volveremos, sólo en nuestra memoria. La realidad tirana decidió nuestra suerte, y apostamos a perder.


Hay noches, que cuando sueño contigo, prefiero despertar.

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